Tegucigalpa.- Defensores de derechos humanos cuestionaron que las Fuerzas Armadas de Honduras fueron capacitadas en temas de derechos humanos y equidad de género por parte del Comando Sur de los Estados Unidos (USSOUTHCOM por sus siglas en inglés), siendo contraproducente al sindicarlos de violentar garantías y derechos humanos.
Recientemente, se desarrolló un seminario denominado “Iniciativa de Derechos Humanos Honduras, equidad de género y derecho internacional humanitario” desarrollado por el Comando Sur con la conjeturada de fortalecer la formación de militares hondureños en temas de derechos humanos.
“La presidenta y comandante general de las Fuerzas Armadas, Xiomara Castro, está comprometida en fortalecer la profesionalización de nuestras Fuerzas Armadas, creando espacios de formación militar fundamentados en respeto y protección de los derechos humanos”, dijo el ministro de defensa y sobrino político de Castro, José Manuel Zelaya.
Históricamente, las Fuerzas Armadas se han caracterizado por violentar y lacerar los derechos humanos de los hondureños, en el pasado reciente perpetraron el crimen del golpe de Estado de 2009 que dejó más de una veintena de personas asesinadas sin que hasta el momento los militares involucrados enfrenten la justicia.
Durante el régimen que se instauró posterior al golpe de Estado, los militares se constituyeron una columna que respaldó a Juan Orlando Hernández, extraditado a los Estados Unidos por delitos de narcotráfico. Promovieron la reelección ilegal, más de 23 personas fueron asesinadas por las fuerzas de seguridad y se involucraron en la protección y acompañamiento en la narcoactividad.
El asesor de la Secretaría de Defensa, Eduardo Alemán, arguye que el eje principal del ejército será la defensa de los derechos humanos tomando como prioridad las capacitaciones, reconociendo que es una debilidad institucional.
“Las capacitaciones en materia de derechos humanos son uno de los principales ejes de la nueva administración, queremos que nuestros militares puedan estar completamente capacitados de lo que es la materia de los derechos humanos que sabemos fue una debilidad institucional en administraciones anteriores, precisamente por las instrucciones que venían del antiguo presidente, la línea anterior era la represión al pueblo hondureño”, dijo.
Alemán indicó que en 2021 hubo 9,500 participaciones de derechos humanos y para el presente año ya se superan las 11,500 participaciones de militares, pero con el denominador común que la misma estructura se mantiene con la diferencia que los altos mandos han sido nombrados por la presidenta Castro.
El docente, escritor y defensor de derechos humanos, Melvin Adalid Martínez, cuestionó que sea el Comando Sur que “capacite” a los militares hondureños en temas de derechos humanos cuando ambos entes de seguridad se han caracterizado por vulnerar derechos humanos.
“El ejército gringo ha sido el mayor violador de derechos humanos en el mundo y el ejército hondureño el peor violador de derechos humanos en Honduras y ejecutor de desapariciones políticas. No hay por donde encontrarles a los ejércitos, rasgos de bondad”, cuestionó.
Asimismo, el sacerdote jesuita director de Radio Progreso y del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC-SJ), Ismael Moreno, considera incorrecto que los militares sean capacitados por militares, factor que se aleja de una verdadera formación en derechos humanos.
“No hay duda: vivimos tiempos modernos. Quién nos iba a decir años atrás que la formación en derechos humanos iba a ser auspiciada nada más y nada menos que por el Comando Sur del gobierno de Estados Unidos y por las Fuerzas Armadas fortalecidas con más estrellas. Tiempos modernos de refundación”, increpó.
Misma valoración tiene el reconocido abogado defensor de derechos humanos, Joaquín Mejía, quien reprocha que los mismos que han sometido al pueblo a violaciones de derechos humanos se favorecen bajo las referidas capacitaciones.
“Quién lo iba a decir? La peor pesadilla para la democracia en Honduras (las Fuerzas Armadas), como decía Víctor Meza, y quienes han financiado esa pesadilla, ahora auspician la formación en derechos humanos”, lamentó.
Aunque el gobierno de Honduras ha pretendido limpiar la imagen de corrupción y criminalidad que permea en los operadores de seguridad del Estado, las bases se mantienen intactas sin procesos de depuración confiable y con una ciudadanía que desconfía del accionar militar y policial.
Cabe indicar que, según el ranking Clasificación de Fuerza Militar del sitio Web Global Firepower, Honduras ocupa el segundo lugar de Centroamérica con el mayor poder militar solo superado por Guatemala. En América se posiciona en el lugar 13 y a nivel global 109 de 140 naciones evaluadas. Se estima que la institución cuenta con más de 24 mil soldados activos y unos 60 mil en reserva.
Para Mejía, la capacitación en derechos humanos es fundamental para toda autoridad pública y específicamente a fuerzas de seguridad del Estado, pero señala “que no sea una excusa, una justificación de maquillaje de una institución represiva queriendo justificar su participación en tareas de seguridad ciudadana y evitar el cumplimiento de la campaña electoral de desmilitarizar la sociedad”.
Mejía considera que debe existir una rendición de cuenta por parte de las fuerzas de seguridad y que se investigue, sancione y judicialice a militares que han participado en crímenes de derechos humanos.
“Que estas capacitaciones no sean una excusa para decir que ahora están capacitados en derechos humanos para asumir funciones de seguridad pública”, cerró.
