Por René Estrada | junio 19, 2022
Por: CESPAD
La sistematización de experiencias es un proceso que busca comprender las vivencias para problematizarlas, extraer sus enseñanzas y comunicarlas. Se trata de una apropiación de conocimiento y de un ordenamiento lógico y coherente de lo ocurrido, para brindar respuestas del por qué ocurrió de esa manera.
En este sentido, el presente documento sistematiza las experiencias y vivencias de las mujeres de diversas comunidades de Honduras, que se dieron cita en el Encuentro de Mujeres Maya-Chortí, organizado por la Coalición Ambientalista de Copán y el Centro de Estudio para la Democracia (CESPAD), con el apoyo financiero de Civil Rights Defenders. Este espacio se promovió con la finalidad de acuerpar y posicionar a las mujeres defensoras de la comunidad de El Florido, departamento de Copán, Honduras.
Agruparse en la comunidad de El Florido representa una estrategia política para la visibilización de su lucha histórica, una problemática que es desconocida e invisibilizada por los actores que se encuentran marcando la conflictividad y que ha dejado como consecuencia el aislamiento de mujeres, jóvenes, niños y niñas que no salen de su entorno debido a la violencia originada por el crimen organizado que controla el territorio. Como un gesto de sororidad, las mujeres de varios municipios se sumaron para intercambiar experiencias y posicionar nuevas formas de resistir.
Fue así que, un grupo de mujeres, representantes de luchas emblemáticas en Honduras, decidieron trasladarse hasta la comunidad del Florido desde el departamento de Colón; El Progreso, departamento de Yoro, y de varias comunidades del departamento de Copán. Cada una de ellas representa una historia diferente que las lleva a un mismo camino: la emancipación de la mujer como estrategia política frente al sistema opresor. La mayoría son mujeres rurales de la zona del caribe y de la región fronteriza del departamento de Copán, que han enfrentado procesos de hostigamiento, criminalización y judicialización.
Este espacio permitió teorizar desde la práctica el ejercicio de la defensa territorial, el reconocimiento de la labor de defensoría y un acercamiento a otras mujeres con vivencias similares.
El encuentro se llevó a cabo en una jornada de día y medio, en tres momentos específicos en los que se desarrollaron:
a) La politización de las experiencias de las comunidades.
b) Análisis de la acción de la defensoría de las mujeres en contextos de violencia.
c) Las apuestas desde el feminismo para una transformación territorial.
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